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El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, junto al resto del equipo de Gobierno municipal.
La RGI genera una bronca política entre los partidos de Bilbao

La RGI genera una bronca política entre los partidos de Bilbao

Polémica por la propuesta del PP para endurecer el control de las ayudas en un pleno que rechaza instar al Gobierno vasco a que eleve su cuantía un 8%, como la del salario mínimo

Eider Burgos

Jueves, 23 de febrero 2017, 12:30

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El pleno del Ayuntamiento de Bilbao ha rechazado instar al Gobierno vasco a elevar un 8% la cuantía de la renta de garantía de ingresos (RGI), la ayuda que perciben más de 63.000 residentes en Euskadi en riesgo de exclusión social; la misma subida que experimentará este año el salario mínimo interprofesional. El PNV y el PSE, que controlan el Ejecutivo municipal, han tumbado con el apoyo del PP una iniciativa en ese sentido presentada por Udalberri en un acalorado debate entre los grupos políticos. Jeltzales y socialistas, aliados también en el Gabinete de Iñigo Urkullu -que elevará la prestación alrededor del 1,5%, la inflación del pasado año- han aprobado una enmienda en la que defienden la necesidad de mantener esa ayuda e introducir las mejoras que sean necesarias para el cumplimiento de sus objetivos.

El PP ha presentado al pleno, que se celebra este jueves, una propuesta en la que exigía un «mayor control» de la RGI, tras algunos casos de fraude conocidos en los últimos meses. El concejal popular Óscar Fernández Monroy ha reclamado al PNV «autocrítica» por el «desmadre» que, a su juicio, existe en la concesión y control de esas ayudas, y por «unos pagos indebidos» por parte de Lanbide -reconocidos por este organismo-, que «han costado 150 millones de euros el último año», un dinero que ha ido «al sumidero» y por el que «se ha asumido ninguna responsabilidad política».

Además, ha censurado con dureza la gestión de esas prestaciones esgrimiendo las últimas detenciones de tres traficantes de droga en Bilbao y de un yihadista en Vitoria que cobraban la RGI, «sufragada por el dinero de todos los ciudadanos», ha insistido. Y que "no se despache el asunto diciendo que no se tiene una lista de yihadistas», ha reclamado.

Iniciativa «escandalosa»

Los demás partidos han criticado con dureza esa iniciativa, rechazada por el pleno, que EH Bildu ha calificado de «escandalosa». La coalición soberanista ha subrayado que «la RGI no es una ayuda, es un derecho subjetivo, por lo que lo tienen recibir todas las personas que lo necesiten. Y punto. No se puede quedar eliminada ni recortada porque no haya presupuesto», ha proclamado al defender una subida del 8%. La cuestión, han recalcado, «no es si el sistema de ayudas es sostenible, sino si la sociedad sería sostenible sin la ayuda». Del mismo modo Udalberri ha querido mantener en firme su proposición, al entender como «fundamental» este «sistema de protección social»: «Aunque es una medida mejorable, la RGI tiene una función importante a la hora de paliar las sangrantes situaciones de exclusión social y pobreza severa que existen en Euskadi y Bilbao», ha aseverado Carmen Muñoz.

El jeltzale Íñigo Pombo, por su parte, ha defendido que Lanbide vigila por que «no se pague un euro más de lo debido», en respuesta a las críticas del PP y su propuesta para endurecer el acceso a la RGI. «Si el sistema es bueno no necesita endurecerse, sino corregir sus errores -ha considerado-. Queremos asegurar unos ingresos que sostengan a las personas económica y socialmente». Un sistema que, ha recordado, sostiene ahora mismo a 16.000 personas en Bilbao, la mayoría mujeres.

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