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I. A.
Jueves, 16 de febrero 2017, 23:46
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Las últimas doce crías de águila pescadora procedentes de Escocia llegarán este verano a la Reserva de la Biosfera de Urdaibai para poner punto y final al proyecto de reintroducción de la especie en el área protegida. Culminará así una labor que se inició en 2013 con la suelta anual de doce polluelos y que en total afectará a 60 ejemplares. «Con este trabajo hemos prendido la mecha, ahora hay que esperar para que se produzcan los resultados esperados, que la rapaz anide en este espacio», aseguró Aitor Galarza, responsable del programa.
La experiencia se desarrolla gracias a un convenio de colaboración con la Diputación por el que la Administración foral concederá este año 34.000 euros. Esta cantidad se suma a los 240.000 euros aportados con anterioridad para que el proyecto llegue a buen puerto. Los promotores del plan confían en que este año se formen las primeras parejas reproductoras con ejemplares que emigraron en años anteriores al África subsahariana.
«El pasado verano retornaron cuatro de ellos entre los que se incluyeron Roy y Livinstong. Aunque no lleguen a anidar, esperamos que encuentren una hembra con la que emparejarse ya que son aves muy fieles», añadió Galarza. El sistema empleado para el desarrollo de este programa de recuperación es el de la cría campestre o hacking, una técnica que consiste en liberar gradualmente, en la zona en la que una rapaz necesita ser recuperada, crías de su especie nacidas en cautividad o recogidas en nidos de poblaciones fuera de peligro.
Desde Escocia
Los polluelos transportados desde nidos situados en Monray y en las tierras altas de Escocia, país que alberga unas 300 parejas reproductoras, se mantienen en jaulas artificiales en la marisma de Urdaibai hasta que son capaces de volar, momento en el que son liberadas. El naturalista Roy Dennis, director de la Highland Foundation For Wildlife, y un grupo de voluntarios son los encargados de seleccionar los nidos, obtener los permisos necesarios, recoger los ejemplares y organizar la logística del transporte hasta Urdaibai.
Una vez liberados en la reserva, el equipo técnico del proyecto alimenta a estos ejemplares hasta su total independencia, que se produce habitualmente transcurrido un mes desde su suelta. En ese momento, inician el viaje migratorio que les lleva hasta el África subsahariana. Los ejemplares que logren sobrevivir regresarán a Urdaibai una vez lleguen a edad adulta y formarán las primeras parejas reproductoras al tercer o cuarto año. «Esta experiencia no se acaba porque posteriormente se realizará un seguimiento a largo plazo», admitió Galarza.
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