«¡Vete a fregar!, ¡vete a la cocina!»

El juez del partido añade en el informe oficial: «En el descanso, el delegado local es advertido de dicho comportamiento del público, no cesando dichas palabras en la segunda parte».

«Estaba el partido muy encendido, y es un mal trago que pasas, pero estoy bien», confiesa la jueza de línea en conversación con EL CORREO. «Después de una decisión que no les gustó se centraron en meterse con la mujer, no con el árbitro. Podrían haberme dicho ¡ponte gafas! como a todos, pero me dijeron lo otro. No critican mi forma de arbitrar, sino es a otro nivel», denuncia la muchada.

«Voy y le echo»

El presidente del Arratia, Asier Etxezarraga, explica que todo comenzó a raíz de un gol anulado a su equipo. «Se equivocó al señalar fuera de juego, pero como puede equivocarse cualquiera, lo que pasa es que con esta chica tuvimos otro incidente la temporada pasada, la gente se acordaba, y fueron a meterse con ella», detalla.

En el descanso, y a requerimiento del árbitro, el Arratia solicitó por megafonía que cesaran los insultos, pero, según el acta, continuaron. «No supimos identificar quién era. Si me lo dice la linier, voy y le echo, pero, ¿qué voy a hacer? ¿Echar a todo el público? No podemos controlar a los 400 que van al campo», se defiende. Etxezarraga confirma que presentarán alegaciones ante el Comité de Competición para evitar un posible cierre de Urbieta, no sin condenar los hechos ocurridos. «Reprobamos esas actitudes, pero no las puedes controlar. Y hay que señalar que nosotros tenemos cuatro equipos femeninos, entrenadoras, e incluso dos jugadoras del primer equipo son árbitras», precisa.

La jóven juez de línea cree que hay que actuar de inmediato para erradicar estos comportamientos de los campos «Hay que decir lo que ha pasado si son insultos machistas, porque es grave y hay que cortarlo de raíz. Pero ojo, no hay que permitir ningún insulto», añade.