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Camino de santa Apolonia.
Devoción, conjuros y exorcismos en Urkiola

Devoción, conjuros y exorcismos en Urkiola

Una excursión madrugadora hasta el Santuario de San Antonio para descubrir un paisaje envuelto en la niebla que difumina relieves, multiplica ecos y hace volar la imaginación

Iñigo Muñoyerro

Viernes, 24 de julio 2015, 16:58

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El viento del Norte abandona la montaña vasca durante el verano, que muestra su verde más perfecto en los hayedos del Parque Natural de Urkiola. En días como estos el santuario de los Santos Antonios y las ermitas amanecen envueltos en la niebla que difumina relieves, multiplica ecos y hace volar la imaginación. Luego vendrá el sol y romperá el hechizo.

Urkiola exige un madrugón. Temprano se puede disfrutar de la niebla y escuchar el graznido de los cuervos, quisquillosos y territoriales. La fiesta 'grande' del 13 de junio ya es historia.

Aparcamos junto al Bizkarra. Vamos primero (letrero, izquierda) a la ermita del Santo Cristo o Kristoren ermita, protegida por el arbolado. Es un edificio modesto bajo la advocación de la Santa Cruz. Data de 1663, cuando fue reedificado tras unas grandes nevadas. Es un humilladero donde se descalzan los peregrinos que suben por Mañaria y hacen el acto de contrición. Fiestas 3 de mayo y 14 de septiembre.

Cerca hubo otra, Burdinkurutze, desaparecida hace tiempo. Tenía fama de limosnera. Una calzada comunica la ermita con el mirador de Durangaldea, unos metros más abajo y el Santuario. El bosque ha sido replantado por los Misioneros Diocesanos (1970) con abedules (Urkiola: lugar de abedules) de tronco recto, corteza blanca y crecimiento más rápido.

La calzada nos deja junto a la piedra frente al templo. El Santuario de Urkiola sorprende. En el siglo IX es citado como hospital y hospedería de peregrinos. Está inacabado -desde 1899- y custodia las imágenes de San Antonio Abad, patrón de los animales, y San Antonio de Padua, remedio de las causas perdidas. Cada 13 de junio miles de personas festividad de San Antonio de Padua cumplen el ritual de dar siete las vueltas al pedrusco en sentido de las agujas del reloj. El Santo obrará el milagro. Pero ¡ojo!, hay que rezar un credo antes y después del ritual.

Urkiola no termina en el ritual. Es un cruce de caminos, un paraje donde se citaban brujas, hechiceros, 'aparecidos' y demás gente de la noche. Abierto a magias y exoterismos. Allí iban (¿van?) buscando la cura los poseídos del 'begizko' o 'mal de ojo' y eran trasladados los endemoniados. Así, como suena. Datos orales dan fe que hasta época reciente -puede que incluso ahora- las personas iban a 'desembrujarse'. Solamente el Rector tenía facultad para bendecir a los enfermos y conjurar a los posesos que llegaban al santuario. Según el historiador José Manuel Estomba empleaba un 'Benedictionale', libro que contiene ritos y exorcismos que no se hallan en el ritual ordinario. Dice que se conserva un ejemplar antiguo en el Museo del Santuario. Los afectados por el begizko o 'mal de ojo' llegaban por un camino y regresaban por otro para despistar a los 'malos espíritus'. Sembraban la carretera con sal, un veneno efectivo contra brujas y hechiceros.

Dejamos atrás a los 'malos espíritus'. A unos 200 m, en medio de un hayedo, en un rincón húmedo y sombrío están la fuente y ermita de Nuestra Señora de los Remedios y Santa Apolonia, patrona de los dentistas, o del Santutxu (fiesta 9 de febrero). Por allí pasa el Camino Real que subía por Otxandio. Es un templo del año 1515 edificado sobre otro más antiguo ¿romano? A sus pies mana una fuente con un agua que según la tradición tiene poderes curativos para los males de la dentadura. Los romeros que afluían de Álava y Gipúzkoa por Aramayona se descalzaban y oraban. Luego proseguían la marcha a pie desnudo. Un letrero avisa de que el agua no es potable.

El Camino Real sube de Otxandio al Santuario. Se puede bajar por el viejo sendero. Se hace largo. Nosotros lo hacemos en coche. En la entrada del pueblo y a la vera de la carretera hay dos ermitas. San Antonio y Nª Sª de los Remedios o Elexabarri. San Antonio era un templo rectangular de mampostería rodeado de robles. En la fachada figura la inscripción '1680 /San Antonio / Abad y Padua', que según el historiador Iturrizar es la de su fundación. Destacan la reja de hierro colado y los cuadros y el retablo del siglo XVIII de su interior. Recibía muchas limosnas. El agua bendecida el día de San Antonio era esparcida luego por los trigales para conjurar plagas.

Más abajo, a 300 m por la calzada renovada está la ermita de Los Remedios (fiesta 8 septiembre). También se llama Elexabarri. El templo original data de 1612 como da fe la placa colocada por Domingo Ercilla y Lucía Zabala, su esposa. Luego vinieron la guerra y la ruina. El edificio actual data de 1957 fecha de su reconstrucción por la familia Vicinay. Guardaba un excelente cuadro de la virgen (siglo XVIII) en paradero desconocido. La virgen de Elexabarri tiene predicamento entre las parturientas.

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