Más de 500 usuarios han participado en las actividades del Centro Joven en Navidad

Por eso, para propiciar que estos chavales tengan alternativas para ocupar su tiempo libre fue para lo que se puso en marcha el Centro Joven. Y llegadas las fechas en las que son más las horas en las que los jóvenes no tienen tantas ocupaciones es cuando en el espacio municipal se planifican programaciones específicas. «No olvidamos las actividades cotidianas, a las que los chavales acuden, pero proponemos otras puntuales y que los monitores preparan pensando en la época concreta en la que nos encontramos; en este caso la Navidad».

Para poder hacer valoraciones lo mejor sería, sin duda, escuchar las opiniones de todos y cada uno de los usuarios, pero no es tampoco mala la fórmula de echar mano de las estadísticas. Y así las cosas el dato cierto es que la respuesta de los jóvenes mirandeses a la programación concreta que se ha preparado para los días de las vacaciones navideña ha sido positiva.

En el conjunto del mes de diciembre pasaron por las dependencias del centro joven un total de 1.100 usuarios, y de ellos «510 lo han hecho desde el pasado día 23, que es cuando se hicieron cambios en el horario para que los chicos y chicas tuvieran la oportunidad de pasar más tiempo en ese que es su espacio».

La cifra computada se cerró el 30 de diciembre dado que el ultimo del año no se abrieron las puestas del Centro. «Nos queda todavía por saber el número de los asistentes desde el día 2 y ver que es lo que ocurre hasta el próximo domingo, el día 8 que es cuando se cerrará el tiempo dedicado de modo particular a la Navidad». Y viendo cómo han ido las cosas hasta ahora Gómez cree que «podremos decir que la propuesta ha sido positiva ya que están acudiendo entre 60 y 70 chavales al día».

Los más jóvenes

No se han realizado estadísticas especificando las edades de los asistentes, pero sí tienen claro los responsables del centro que en la mayoría de los casos son los más jóvenes los que hacen un mayor uso del espacio municipal. «Los que tienen entre doce y trece año son los más asiduos. Y también los más paticipativos en los talleres específicos».

El resto de los usuarios, lo que ya tienen más edad utilizan el Centro como punto de encuentro para realizar allí las actividades habituales.

Eso sí, a la fiesta de fin de año, que ha sido una de las propuestas para estas fiestas, «se apuntaron chicos y chicas de todas las edades. Hubo un ambiente extraordinario». En este caso la cita fue el día 30 y la celebración de las tradicionales campanadas fue a las ocho de la tarde y sustituyendo las uvas por gominolas.

Este año la primera actividad específica fue la elaboración de una estrella de Navidad. Es lo que se hizo en la primera jornada para que todos los usuarios pudieran percibir que en Centro también se vestía de fiesta. Y los talleres puntuales fueron, entre otros, uno de decoración de espejos y otro de elaboración de marcos con CDs rotos. Ha habido además algunos torneos.

Ya con la vista puesta en la fiesta de Reyes, los chicos y chicas han elaborado un calendario, una caja de regalos, y el pasado día 4 todos los que acudieron disfrutaron con roscón y chocolate. Lo último previsto para ocupar el tiempo libre es la realización de un taller de pulseras de cuero. Así es como se cerrará la programación específica del período vacacional navideño de los mirandeses de entre 12 y 17 años.

Se han planificado por lo tanto alternativas relacionadas directamente con las fiestas y Pablo Gómez considera que «abordar temáticas especiales teniendo en cuenta las fechas concretas es un acierto. No hay más que ver la respuesta que se recibe por parte de los usuarios. Su presencia se incrementa notablemente sobre la que se produce durante el resto del año», apunta.

«Pretendemos que este espacio nos ayude en tareas de prevención»

Desde el momento en que se puso en marcha el Centro Joven el Ayuntamiento ha tenido un doble objetivo, que recuerda el responsable del Departamento de Juventud. «Este centro es una instalación municipal en el que al margen de intentar cubrir la parte lúdica de las necesidades de los chavales, pretendemos que este espacio nos ayude en tareas de prevención».

Sabe que la opción del Centro Joven no es en sí misma una panacea, pero argumenta Pablo Gómez que «si no existiera, los chavales podrían interesarse por actividades menos recomendables».

Existe en el conjunto de la sociedad y también en Miranda, preocupación por la posibilidad de que los más jóvenes se introduzcan en hábitos nocivos como el botellón, y Gómez considera que «todo lo que se haga para que no se adentren en ellos es positivo».

Reconoce también que el problema, que está en la sociedad, «no se puede erradicar definitivamente» con propuestas como las que se ofrecen en el Centro Joven porque, entre otras cosas porque «estos chicos están en una complicada edad, en la de descubrir cosas», pero aun así apuesta «por darles alternativas de ocio con las que se sientan cómodos e identificados».

En ese objetivo, el de poder acertar a la hora de proponer actividades concretas, ya sea para fechas específicas como las que acaban de pasar, o para los fines de semana de todo el año, en donde se centra su planteamiento de «pedir a los chavales que suelen venir por aquí que sean ellos mismo los que tengan iniciativas y nos las propongan. Todo lo que nos llegue lo vamos a estudiar y si es factible se intentará poner en marcha. Pueden contactar con nosotros cuando les parezca o dejar sis sugerencias en el propio Centro Joven».