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Raúl Morán, con el cartel ganador para San Prudencio.
«Con el caracol dudé, pero hay tópicos de la fiesta que no puedes evitar»

«Con el caracol dudé, pero hay tópicos de la fiesta que no puedes evitar»

Ya ganó en 2009 con otra propuesta basada en la sencillez; ahora con ‘Tridición’ amarra con un pañuelo tres símbolos de la celebración

Salvador Arroyo

Miércoles, 22 de marzo 2017, 03:04

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Ha trabajado durante casi dos décadas en el mundo de la publicidad. Esta es la segunda ocasión que su nombre firma la imagen que identificará las fiestas de San Prudencio. Cuchara, báculo, pañuelo, baqueta y caracol trémulo son los elementos que sustentan un cartel sencillo e impactante.

Un juego de palabras lleva a Tridición, el nombre que ha dado a su obra.

Sí porque he intentado unir las tres tradiciones de la fiesta: la gastronómica con la cuchara, la religiosa con el báculo y la musical con la baqueta, unidas por el pañuelo de la fiesta.

Y el caracol que asoma por la cuchara...

Sí. El cartel es muy simétrico, muy regular y el caracol, por un lado le da un punto de desequilibrio y luego un toque gracioso porque aparece como escondido, como con miedo, como si supiera lo que le espera.

¿Le resultó difícil dar con la idea?

Siempre es lo más complicado. Tienes que estar convencido de que es buena y llegar a tiempo con ella porque, en este caso, la verdad, me vino justo una semana antes de que acabara el plazo.

Tiene que ser complicado dar una vuelta tras otra a la fiesta e intentar ser original.

La fiesta es la misma y tiene muchos tópicos asociados. Algunos no los puedes evitar porque si te alejas mucho y optas por algo muy muy innovador, al final la gente no se identifica. Pero sí que es cierto que hay que intentar huir un poco de algunos tópicos. De hecho, con el caracol dudé.

Usted también ganó en 2009.

Sí, pero a diferencia de lo que ha sucedido este año, entonces me presenté con dos carteles. Uno fue muy elaborado, lo hice poco a poco. Y justo al final se me ocurrió la idea con la que gané, que también la resolví en un par de días. Podría decirse que han sido un par de chispazos en el último momento.

¿Qué se busca con un cartel de fiestas?

Lo que se pretende es tener un impacto, luego la gente ya se acercará a ver qué es. Siempre se busca llamar la atención.

Y la simplicidad se impone.

Se podría decir que sí. En este caso, con pocas cosas, apenas cuatro elementos sobre un fondo blanco, se consigue un cartel muy visible. Y el que hice en el año 2009, al final era un poco lo mismo. También había un fondo entero verde, con un dibujo realizado a mano en negro que quedaba mucho más limpio.

Descartar elementos

¿Han cambiado mucho los gustos en este tiempo?

Creo que los carteles buenos, los que enganchan, siempre son los más sencillos. Y sobre todo en los concursos que convoca la Diputación. Los carteles que eligen son más correctos, más ortodoxos en cuanto a construcción y a normas de diseño. Más que los que prefieren en otros certámenes, en los que se persigue un poco el colorido, que haya más elementos. En este concurso, Diputación cuida los detalles y creo que los carteles así, sencillos, ahora y siempre, son los que triunfan. Y eso es lo difícil.

¿En qué sentido?

Porque al final tienes que ir descartando elementos hasta quedarte con lo básico porque llegas a un punto en el que dices, menos que esto es ya quitar información, pero más no aporta nada, salvo enredar el mensaje.

¿Se ha especializado en fiestas? También su cartel fue elegido en el Carnaval de 2002.

Me he presentado a muchos concursos, pero al final decidí que sólo iba a hacerlo cuando tuviera una idea que me convenciera. Hay que trabajar mucho, sí, pero por muchas horas que metas si no tienes ese chispazo, la cosa no a va a funcionar. Yo al menos cuando participo voy convencido, aunque luego no gane.

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